Widget Image
The Czechoslovak Talks es un proyecto que destaca las historias de vida de los compatriotas checoslovacos en el mundo. Cuenta los relatos de subidas y bajadas, de oportunidades y obstáculos y sobre todo de experiencias de vida, que así conservamos para las siguientes generaciones.

 

SÍGUENOS

Juan Osyčka

«Me llamo Jorge Osyčka y provengo del norte de Argentina. Mi abuelo Jan –o, como dicen los de aquí, Juan—nació en Moravia, pero la vida lo llevó hasta Argentina. Aquí fue uno de los fundadores de la colonia checoslovaca agrícola. Me gustaría contarles su historia.

Mi abuelo nació en 1981 en Velké Bílovice en Moravia como el penúltimo de ocho hermanos. Su segundogénito hermano murió siendo aún niño, dos hermanos fallecieron en la guerra. Jan y sus tres hermanas emigraron primero a Chicago, luego, impulsados por su tío Petr Šašvat, en 1915, partieron a Argentina y se asentaron en Sáenz Peña, una pequeña ciudad en la provincia del Chaco.
La vida en Sáenz Peña no fue nada fácil. La ciudad estaba bajo la administración militar, las afueras no eran más que un páramo habitado por los indígenas, sin la posibilidad de cultivar nada. Sólo vivían aquí algunas familias granjeras.
La vida en Sáenz Peña no fue nada fácil. La ciudad estaba bajo la administración militar, las afueras no eran más que un páramo habitado por los indígenas, sin la posibilidad de cultivar nada. Sólo vivían aquí algunas familias granjeras. En 1918 el gobierno local le asignó a mi abuelo unas cien hectáreas de tierras en la pampa Galón, pero cultivar algo se hacía al inicio casi imposible. I bueno, vivir aquí aún más. Las autoridades, las escuelas y las tiendas quedaban lejos. Los granjeros dependían así los unos de los otros y de una ayuda basada en la amistad.
Gracias al afán común la colonia empezó a prosperar. Algunos de los recién llegados tenían experiencia con el cultivo del algodón y consiguieron máquinas para su cultivo y procesamiento. Sobre el éxito de la colonia en Chaco se enteraron otros compatriotas y pronto la comunidad checoslovaca empezó a ampliarse.
El abuelo Jan fue en aquel entonces ya un ciudadano asentado. A sus nuevos vecinos les ayudaba no solamente mediante consejos, pero también de forma material. Les ofreció parte de su gran parcela, que no fue capaz de labrarla por sí mismo, les prestaba utensilios y hay quienes recuerdan, que incluso pagó por ellos el crédito en el banco.
Debido a que las escuelas argentinas quedaban lejos, Jan Osyčka primero fundó un aula en un cuarto de su propia casa, más tarde compró en la ciudad dos hectáreas, en las que los checoslovacos construyeron una escuela y un edificio federal, que les sirve a los locales hasta los días de hoy. El abuelo fundó también una biblioteca a la que le regaló más de cien libros, que trajo de su antigua patria.
Por cierto, de ella nunca se olvidó ni renunció a ella. Durante la Segunda Guerra Mundial apoyaba económicamente a la Cruz Roja Checoslovaca, a la resistencia checoslovaca i al Gobierno en el exilio en Londres.
Debido a que las escuelas argentinas quedaban lejos, Jan Osyčka primero fundó un aula en un cuarto de su propia casa, más tarde compró en la ciudad dos hectáreas, en las que los checoslovacos construyeron una escuela y un edificio federal, que les sirve a los locales hasta los días de hoy.
Ya en el año 1916 Jan Osyčka fundó una sucursal local de la Asociación Nacional Checoslovaca, que se convirtió más tarde en la Asociación Nacional Checa. Mi abuelo fue su presidente por unos largos 17 años. La asociación existe hasta hoy día bajo el nombre Unión Checoslovaca – Československé sjednocení.
Cuando después de terminar la Segunda Guerra Mundial Jan Osyčka murió, en su último camino vino a acompañarlo toda la ciudad. Y el nombre Osyčka en Chaco sigue teniendo gran repercusión hasta los días de hoy. En el 2007 abrimos en el edificio federal un pequeño museo, que documenta los inicios de la colonia checoslovaca local, y le dimos el nombre según mi abuelo, ya que sin él, la vida aquí hubiera sido seguramente mucho más complicada.
diciembre 11, 2017
Eva Rohan
“Una vez visitó el cabaret un italiano, quien me ofreció trabajo en los Estados...

¿Te gusta esta historia?

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *